En una abarrotada Basilica de San Pedro, el Cardenal José Tolentino de Mendonça, Prefecto del Dicastero per la Cultura y la educación recuerda a los artistas y al mundo de la cultura que el Papa Francisco les ha exortado a ser testigos de la visión revolucionaria de las Bienaventuranzas: “Su misión no sólo es crear belleza, sino revelar la verdad, la bondad y la belleza escondidas en los pliegues de la historia, de dar voz a quien no tiene voz, de transformar el dolor en esperanza”.
En la homilía que el Papa Francisco tenía preparada para la ocasión, recuerda que vivimos un tiempo de crisis complejas, crisis económicas y sociales pero sobretodo “crisis del alma”: “Nos planteamos cuestiones sobre el tiempo y la orientación. ¿Somos peregrinos o errantes? ¿Caminamos con una meta o estamos dispersos deambulando?” pregunta el Pontífice y recuerda que el artista es aquel o aquella “que tiene la tarea de ayudar a la humanidad a no perder la dirección y a no extraviar el horizonte de la esperanza”.
Para el Papa, el “arte auténtico” es siempre “un encuentro con el misterio, con la belleza que nos supera, con el dolor que nos interroga, con la verdad que nos llama”. Es por ello que, en la época en la que nos encontramos en la que se levantan nuevos muros, en la que las diferencias se vuelven un pretexto para la división más que una ocasión de enriquecimiento mutuo, Francisco les invita a “construir puentes, a crear espacios de encuentro y de diálogo, a iluminar las mentes y a encender los corazones”.