1Tú eres santo, Señor Dios único, que haces maravillas (Sal 76,15). 2Tú eres fuerte, tú eres grande (cf. Sal 85,10), tú eres altísimo, tú eres rey omnipotente, tú, Padre santo (Jn 17,11), rey del cielo y de la tierra (cf. Mt 11,25). 3Tú eres trino y uno, Señor Dios de dioses (cf. Sal 135,2), tú eres el bien, todo el bien, el sumo bien, Señor Dios vivo y verdadero (cf. 1 Tes 1,9).
En primer lugar demos gracias a Dios porque crece, insipientemente, la conciencia del cuidado de la casa común. Hay muchos que mucho hacen (crean sistemas, aprovechan los recursos, mueven corazones o cuidan todo lo que pisan), pero debemos ser mas. Y con mas conciencia de que la casa es justamente casa porque están las personas en ella. Y debemos cuidar de ellas, todos cuidarnos entre todos y proteger el todo porque en el estamos sumergidos. Somos naturaleza y guardianes.
Ecovida es el desafío… vivir en el mundo con un estilo de vida ecológico. Y si pudiéramos aplicar este desafio al corazón, caminemos con corazón de recicle, cuando ya nos demos cuenta de que hay cosas que solo funcionarian si las cambiamos: hacerlo. Como así también cuando las decisiones deban ser tajantes. Para el planeta… para uno mismo.
El Papa Francisco este año nos ha regalado una exhortación apostólica, Laudate Deum, que pretende ser mas que una extensión de Laudato Si, un fuerte recuerdo de sus profundos conceptos. Al iniciar ella ya nos interpela:
“Han pasado ya ocho años desde que publiqué la Carta encíclica Laudato si’, cuando quise compartir con todos ustedes, hermanas y hermanos de nuestro sufrido planeta, mis más sentidas preocupaciones sobre el cuidado de la casa común. Pero con el paso del tiempo advierto que no tenemos reacciones suficientes mientras el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre. Más allá de esta posibilidad, es indudable que el impacto del cambio climático perjudicará de modo creciente las vidas y las familias de muchas personas. Sentiremos sus efectos en los ámbitos de la salud, las fuentes de trabajo, el acceso a los recursos, la vivienda, las migraciones forzadas, etc.
Es un problema social global que está íntimamente relacionado con la dignidad de la vida humana. Los obispos de Estados Unidos manifestaron muy bien el sentido social de nuestra preocupación por el cambio climático que va más allá de un planteo meramente ecológico, porque «nuestro cuidado mutuo y nuestro cuidado de la tierra están íntimamente unidos. El cambio climático es uno de los principales desafíos a los que se enfrentan la sociedad y la comunidad mundial. Los efectos del cambio climático son soportados por las personas más vulnerables, ya sea en casa o en todo el mundo». En pocas palabras lo dijeron también los obispos en el Sínodo para la Amazonia: «Los atentados contra la naturaleza tienen consecuencias contra la vida de los pueblos». Y para expresar de modo contundente que ya no se trata de una cuestión secundaria o ideológica sino de un drama que nos daña a todos, los obispos africanos afirmaron que el cambio climático pone de manifiesto «un impactante ejemplo de pecado estructural». ”
Caminemos a un estilo de vida que nos haga dar cada vez mas cuenta de que somos naturaleza y además, debemos ser sus guardianes: creando, cuidando pero sobre todo poniendonos la pesada mochila de la urgente protección de nuestra casa.