Las jornadas son organizadas por la Comisión Episcopal de Ministerios (CEMIN) a través del Secretariado para la Formación Permanente de los Presbíteros y con el lema “Llevamos un tesoro en vasijas de barro”.
En la homilía, monseñor Rossi advirtió a los sacerdotes sobre el riesgo de la mundanidad y exhortó a comportarse de “una manera digna de la vocación que han recibido, y con mucha humildad, mansedumbre y paciencia soporten por amor; conservando la unidad del espíritu, mediante el vínculo de la paz”. Lo hizo a partir de un texto de Fray Mamerto Esquiú.
“Fray Mamerto Esquiú, a quien hoy recordamos, fue alguien que pidió al pueblo argentino la unidad. Un hombre que tenía los pies sobre la tierra”, afirmó, y recordó lo que Francisco Luis Bernárdez decía de San Juan de la Cruz y que, dijo, sirve para “todos nosotros”: “Ojos altos, manos juntas, pies desnudos tocando la realidad”.
“Fray Mamerto Esquiú fue un hombre que pisó la realidad. Éste como hombre, como hombre del Evangelio, como hombre de nuestro país pedía al pueblo argentino: ‘abandonar los oscuros caminos de la división, respetando firmemente las leyes indicadas por la Constitución nacional”, señaló, y completó: “Como nos conocía, nos decía: ‘hemos destruido la monarquía; fuimos republicanos, ya sea unitarios o federales; tuvimos anarquías, gobiernos de un año, gobiernos de dos años, triunviratos, dictaduras, oligarquía; como pueblo fuimos reclamando soberanía, pero cada uno se hizo enemigo de los demás. Que el cumplimiento de la Constitución sea un ancla firme a la que esté agarrada esta nave, que ha tropezado en todos los escollos, que se ha estrellado en todas las costas y la han golpeado todos los vientos y todas las corrientes. La verdad que parece escrito ayer”, expresó.
Monseñor Rossi prosiguió recordando algo que el beato decía y que, bromeó, “casi contradice lo que estoy haciendo”, y completó: “Basta de palabras que las palabras, no han salvado la Patria”.
“Es cierto que son tiempos de gestos. Creo que parte de la dimensión profética del Papa Francisco es justamente eso, es la profecía a través de los gestos, que crean, tiene una fuerza simbólica muy fuerte. Si uno podría recorrer todo el pontificado de Francisco, también de sus palabras porque tiene un lenguaje que chusa lindo; pero sobre todo a través de los gestos”, destacó.
El arzobispo cordobés reiteró que “Mamerto tenía claro que es necesario que Él crezca y que yo desaparezca; es esta gracia de abajamiento” y puso como ejemplo “Al Señor sentado en la Última Cena".